lunes, 5 de enero de 2009

Don, ¿no tiene una moneda?



La verdad es que los porteños somos asombrosos, logramos trasladar el problema de las monedas hasta Mar del Plata. Sólo los que viven en el gran Buenos Aires y Capital Federal, y además sufren diariamente el tener que viajar en colectivo, saben de que estoy hablando. El resto de la población vive un idilio, bueno, a menos que sean comerciantes. En Buenos Aires no hay monedas, los bancos no tienen, la gente acopia las pocas que puede conseguir, los comerciantes no saben como hacer para dar cambio. ¿Y por qué pasa esto? Bueno, es simple, hace 14 años las monedas eran un estorbo, la gente hacía lo posible por sacárselas de encima, hasta que un día todo cambió, estos pequeños discos metálicos empezaron a ser uno de los bienes más preciados de los usuarios de colectivos: instalaron las nuevas máquinas expendedoras de boletos, sí, con monedas. Por lo general las cosas mal hechas en algún punto a alguien benefician, o por lo menos no lo perjudican, pero en el caso de estas máquinas no puedo pensar más que fueron diseñadas por completos idiotas: perjudican a todos. A las empresas porque son un blanco para los robos (ja, la solución: poner mamparas de protección a los choferes. Tema aparte) Y a los usuarios porque demandan más monedas de las que se pueden conseguir. No existe otra ciduad del mundo que yo conozca donde exista un sistema tan perverso. No voy a discutir las alternativas tecnológicas en este post, pero son muchas y están probadas en muchas partes del mundo. Seria tan sencillo como cargar una tarjeta con efectivo y luego acercarla a la máquina para que descuente el importe del boleto. Es mucho más rapido, con lo que el ascenso de pasajeros se reduciría notablemente en tiempo, y mucho más seguro porque los colectivos no se andarían paseando con un tentador sonajero de monedas por la ciudad, ni hablemos de lo simple que se haría la administración de lo recaudado para las empresas. Incluso, esa misma tarjeta se podria usar para el subte y para el tren, pero no soñemos, es demasiado sencillo y bueno como para que esta gente, especializada en la tortura de pasajeros, lo ponga en práctica.
Por otro lado uno podria ponerse en conspiranoico, y decir que con un sistema de monedas es mucho más fácil evadir impuestos, que se puede lavar dinero, que se pueden declarar unidades (para obtener el jugoso subsidio que todos les pagamos) que no están rodando... pero no seamos mal pensados, nunca se me ocurriría sugerir semejante cosa... son sólo idiotas.

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