lunes, 12 de enero de 2009

Los Erguidos (*)

Intentando escribir un post sobre el lenguaje me encontré con algo que me maravilló: Una tribu de la zona amazónica del Brasil, Los Pirahã.
No voy a reproducir lo que ya está en otras páginas, pero sí contar un poco qué tienen de especiales.
Los Pirahã son empiristas extremos, necesitan pruebas de todas las afirmaciones que uno hace. Aquellos conceptos que no pueden ser probados empíricamente no tienen, para ellos, valor y por lo tanto no muestran ningún interés.

Foto: André Toral, 1998

No tienen mitología, ni Dioses. Uno de sus valores culturales más respetados es la no coerción de las personas; es incluso un tema tabú decirle a las personas como tienen que vivir y darles una lista de las cosas que pueden o no pueden hacer.
Tanto es así que lo practican incluso con sus hijos, quienes hacen lo que deben hacer, no porque se les indique, sino porque pasarían hambre. Lo mismo con con las personas que se ponen violentas, estas son aisladas de la comunidad.
Son blanco constante de lingüistas ya que tienen un lenguaje muy particular por lo limitado, por ejemplo no tienen números salvo algo parecido al número “uno” (o muy poco), el “dos” (o algunos pocos), y “muchos” (en otro post seguiré con este tema).
Quien mejor los conoce es Daniel Everett. Este señor es un lingüista que conoció a los Pirahã en una misión evangelizadora allá por 1977. Everett, que en ese momento no era lingüista, intentaba aprender la lengua Pirahã y explicarles que había un solo Dios (que al mismo tiempo son tres) que había creado el mundo en el que vivían en 7 días, y por si fuera poco, que todos debían hacer lo que otros decían que él había dicho. El misionero, pensó que las carcajadas de los amistosos aborígenes se debía a que él no hablaba bien la lengua Pirahã, y por lo tanto no estaba contando bien la historia. Les prometió volver pronto y se puso a estudiar lingüística. Una vez terminados sus estudios volvió a visitarlos. Esta vez tenía las herramientas para empezar a aprender el idioma de ellos. Lo aprendió y finalmente pudo comunicarse como él quería. Poco tiempo después Everett se hizo ateo.

Aún hoy, después de más de 300 años de misiones evangelizadoras, no han logrado convertir un sólo Pirahã.

*Hi'aiti'ihi' en su propia lengua, "los erguidos"

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